Sunday, March 02, 2008

despropósito semejante

Dicen que un año de estos vamos a poder adoptar niños. Bien, vale, me lo creo, pero juro solemnemente que nunca cometeré un despropósito semejante.

Mi experiencia en ese campo, relativamente amplia por tener dos sobrinos poco menos que adosados, no puede ser peor.

Para empezar, ni el niño con tres años, ni la niña con dos, hablan precisamente bien mi idioma, lo que provoca algún que otro "malentendido", ambos coordinan fatal los movimientos y, sobre todo, los dos desconocen por completo el concepto de "bien" y "mal", lo que trae más de un disgusto.

Además cuando se juntan con el perro me he dado cuenta que tampoco son tan distintos, a los tres les doy palmaditas en la espalda y les rasco detrás de las orejas, a la hora de comer los tres tienen su plato irrompible y hasta la comida que me deja su madre para los niños, se parece sospechosamente a la de lata que come el perro.

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